Conmigo te retuerces
como si fuera yo el electroshock
que excita tus neuronas,
como si nunca fuera el tiempo
de la calma, y
laputamadre de la poesía
nos hubiera dejado hablando a solas.
Te retuerces
y eres el alarido de la duda,
la rebelión del verbo iconoclasta
que destroza en su vértice el sonido,
porque te gusta hacerlo
en medio de mi caos.
Mientras te abres de mente y de oído
para otras canciones subterráneas
yo me cierro de alas y de piernas
sin imponerte nunca
mi estatismo de gárgola
sobre las altas cúpulas del sueño.
No hay tremor más puro que tu risa
anunciando catástrofes efímeras
encima de mis muslos,
aunque no pase nada,
porque no pasa nada en tus pupilas
que no pueda arreglarse
reconstruyendo el tacto
y la conciencia extrema de la piel
en una boca amada.
La búsqueda es la meta,
o eso creo.
como si fuera yo el electroshock
que excita tus neuronas,
como si nunca fuera el tiempo
de la calma, y
laputamadre de la poesía
nos hubiera dejado hablando a solas.
Te retuerces
y eres el alarido de la duda,
la rebelión del verbo iconoclasta
que destroza en su vértice el sonido,
porque te gusta hacerlo
en medio de mi caos.
Mientras te abres de mente y de oído
para otras canciones subterráneas
yo me cierro de alas y de piernas
sin imponerte nunca
mi estatismo de gárgola
sobre las altas cúpulas del sueño.
No hay tremor más puro que tu risa
anunciando catástrofes efímeras
encima de mis muslos,
aunque no pase nada,
porque no pasa nada en tus pupilas
que no pueda arreglarse
reconstruyendo el tacto
y la conciencia extrema de la piel
en una boca amada.
La búsqueda es la meta,
o eso creo.
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