Rememorarte a ciegas porque los ojos sobran
si se mantiene viva la memoria del tacto,
la digital esencia que las manos recobran
cuando detengo el tiempo en el milagro exacto.
Acordarme de tí -no he de negarlo nunca-
sabiendo que el olvido casi es lo menos malo,
conlleva en su peligro la atracción que se trunca
ante la dentellada siniestra del escualo
que dormita en el agua turbia de los recuerdos.
si se mantiene viva la memoria del tacto,
la digital esencia que las manos recobran
cuando detengo el tiempo en el milagro exacto.
Acordarme de tí -no he de negarlo nunca-
sabiendo que el olvido casi es lo menos malo,
conlleva en su peligro la atracción que se trunca
ante la dentellada siniestra del escualo
que dormita en el agua turbia de los recuerdos.
Nunca estuvimos cuerdos:
me muero si te olvido
me muero si te olvido
y si no, me apuñalo.
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