Entre palabra y cuerpo se deriva,
en orden interior ensimismado.
Yo, que lo he visto todo,
sólo recuerdo el rostro de aquel hombre
colérico y ajeno
que fue descuartizado ante mis ojos
por el amor de tantas
montadas a horcajadas en su sombra.
Yo, que nunca le quise,
recuerdo su frenética mirada
y el sufrimiento ante el repiqueteo
de mis zapatos negros por su acera.
en orden interior ensimismado.
Yo, que lo he visto todo,
sólo recuerdo el rostro de aquel hombre
colérico y ajeno
que fue descuartizado ante mis ojos
por el amor de tantas
montadas a horcajadas en su sombra.
Yo, que nunca le quise,
recuerdo su frenética mirada
y el sufrimiento ante el repiqueteo
de mis zapatos negros por su acera.
Yo, que no me detuve,
ante su olor vandálico,
que fuí más arrogante que su historia
de amante desmembrado,
desmenuzo el espectro de su brasa
una vez por semana,
en que llama a mi puerta iluminado
con la sonrisa rota.
Conjeturo el absurdo:
será que la otra tarde
he visto en tu muralla sus espaldas
y en tu cuervo, su vuelo anochecido
y en tu letra, su voz de eterna bronca.
Espérame...ya vuelvo,
me apetece subirme a los tacones
de aguja del pasado,
por si acaso, tu cuerpo se hace el suyo.
La selección de poemas para el blog me parece fantástica.
ResponderEliminarNo sé si es leerlos así, a solas conmigo misma y no dentro del fragor de Ultra, lo que me hace degustarlos tan, pero tan íntimamente.
Son como nuevas descubrimientos, nuevas pautas y una voz renovada, paradigmática.
Ayyyyyyy, te lo tenía que decir acá, porque las sensaciones esas de estar leyéndote a solas, como si fuera un libro que conseguí después de buscar mucho, me llenan de emociones encontradas.
Qué lindo, Mormor y a la vez, que complejo el panorama de tu intimidad, así escrita.
Son tantas cosas distintas, tantas contradicciones, China, que no me extraña que se vea complejo. Igual cuando ya esté avanzado se va a terminar viendo una personalidad definida y clara, de paso por el mundo.
ResponderEliminarMe encanta que estés aquí también. Todo sea por Ultraversal.
Guarda un beso mío en alguna ánfora tuya de las de cristal.